viernes, 31 de agosto de 2012

Vocación salvada

Hola a todos. Como ustedes saben en estos días no he tenido mucha energía ni ganas de escribir, incluso consideraba en dejar de hacerlo. Sin embargo, una publicación que hizo un amigo de la primera persona que rechazó mi novela (irónicamente) me levantó el ánimo y salvó esta fallida carrera de escritor. Aquí les reproduzco dicha publicación para que la analicen y la compartan. Saludos. Yo que tú me olvidaba de críticas, de comentarios ajenos, de canibalismo y de todo eso que es ajeno a escribir. Escribir es una actividad espiritual: te permite conocerte y conocer cómo funciona la realidad, desde sus aspectos naturales hasta sus aspectos psicológicos y políticos. Escribir es también un servicio: quienes tenemos el don de escribir podemos servir a los demás mostrándoles lo que descubrimos de nosotros y que nos hace comunes a todos: es compartir visiones. Yo escribo por el gusto de dar. Me tiene sin cuidado lo que digan de mí. Eso está fuera de la literatura. Mi trabajo es una exploración personal para encontrar lo comunal. Mi gusta la frase de Jodorowsky: La felicidad más grande que he tenido es la que he dado..." Hector Jaramillo

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