Después de no sé cuántos años sin entrar a este blog se me ocurrió entrar para ver si aún funciona y al parecer sigue activo. No voy a aburrirlos sobre los detalles de mi vida y como he dejado de ser lo que era antes. Ni siquiera sé si alguien leerá esto algún día aparte de los bots rusos que siempre tuvieron un particular gusto, casi como un fetiche, por este humilde blog. Espero que se encuentren bien y si pueden, compren mis libros, porque el hambre cala.